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viernes, 25 de abril de 2014

40th Toyota Gran Prix Long Beach

Señores y señoras, si, yo que no se mirarle el aire de las ruedas al coche, ni donde se reponer el aceite (por supuesto no me pregunteis cada cuanto tiempo se cambia o cuantas marcas de aceite hay, porque no tengo ni idea).  Si, yo misma me aventuré a ir a las carreras de INDYCAR, como no, sola.
¡Me lo pasé pipa! Por supuesto, yo Los Ángeles no los cruzo sola en coche, así que me fui en bus, más tranquila que nada leiendo en el bus.

El sábado ví los entrenamientos, la exposición de coches, los stands de propaganda, la carrera de derrapes, y un concierto.

Paseando por el recinto, es decir, alrededor de la pista durante los entrenamientos, me paró un señor y me dijo algo, algo que yo no entendí porque en ese momento pasó un coche por nuestro lado. Y bueno, creo que os podeis imaginar el sonido de esos coches. En fin, el vez de decirle "What?" le dije "¿Qué?" y me dijo : "Ohh paisana, te voy a regalar unos tapones para los oidos".
Era un vendedor ambulante, y en vez de venderlos, por hablar en español me los regaló. Pero eso no es lo que más me llamó la atención. 
Cuando me hizo la típica pregunta de "¿Qué eres?, ¿Argentina?", y le contesté "no, española". Me sonrió, me dió la mano, me dijo "saluda a la patria madre de mi parte" y se fué.

La cultura mexicana nunca dejará de sorprenderme, pero en este momento hasta me emocionó. ¿Cómo puede ser que siglos atrás los españoles coloniales/conquistadores "nos creyesemos superiores" y a día de hoy ellos sigan sintiendose parte de España o amigables a España?

Dejemos esta pregunta como un punto y aparte. Me la hago siempre que me veo involucrada en una situación donde, como en este caso, me veo agasajada con un cariño natural, que creo no me corresponde.
Si alguien sabe la respuesta, por favor, que me la indique, es un tema del que hablo mucho con Leah. Y prometo no encontrar una respuesta lógica-coherente que cubra las necesidades materiales estipuladas en este siglo XXI.

Como cosa curiosa, cuando compré la entrada por internet, solo decían que había un concierto, nada del nombre del grupo, solo, artista... En fin, cuando me llegó la entrada a casa con el tipico librillo con el schedule, el mapa, sponsors... tampoco venía de quién era el concierto. Me enteré al llegar al recinto, y porque vendían camisetas con el nombre del tío. Vamos que no había ni un solo cartel! Bueno, el susodicho se llama "Paul Rodgers", y el concierto me gustó bastante, había buen rollo y mucho ambiente. 

Escuché unas cinco canciones y no pude resistir el ir a ver las carreras de derrapes.
Una cosa estaba al lado de la otra, y olía a goma quemada ¡que no veas! Ya subí unos vídeos a YouTube.
Tienen un gran defecto , y es que no se que le ha pasado al mobil que ya no graba con sonido. 
Los enlaces son los siguientes:.

Motegi Racing Super Drift Challenge Finals

Motegi Racing Super Drift Challenge Finals (2)

Al terminar los derrapes, pasé por delante de una caseta de comida basura, y claro, así a lo tonto, tonto eran casi las nueve de la noche y yo llevaba desde las 12:00 sin comer nada. Por lo que me pedí una ración de patatas fritas. ¡Total nada lo que dan $9´75 de patatas fritas! Mira que son mi devoción y no me las pude terminar! estos americanos son unos exagerados, les gusta aprovechar hasta el último céntimo que gastan en comida. Como podeis ver en la foto, el tamaño standar me venía bastante grande!
Les puse un montón de salsa, de echo, las cubrí como si fuese una tarta, y aun así, había tantas que me quedé sin salsa a mitad del plato.
Si me veis por la calle comiendo mientras andaba en dirección a la parada de autobúses super centrada en mi plato de patatas... estaba tan centrada, que no empecé a preguntarme dónde estaba el hotel hasta que me subí al autobús gratuito que me llevaba a la calle 10th. y mi hotel, resulta, que estaba pasada la 18th.

En fin, en el bus hice un nuevo amigo, el estaba tan perdido que yo, pero tardó menos en encontrarse. Yo seguí perdida un rato más.
Me reí un montón con él en el bus, y además me acompañó hasta el hotel, así que intercambiamos números y quedamos al día siguiente para ir a las carreras, que él tenía silla y me iba (y lo hizo) a colar donde el estaba.
Los que me conoceis, sabeis que soy nula para esas cosas. Que no se mentir. Esque se me da muy mal, ¡y me da mucha vergüenza!

Cuando salí del hotel, me dispuse a buscar el camino de vuelta al circuito, y bueno, andé varias manzanas en la dirección contraria. La cuestión es que cuando me centré y comencé a dirigirme en la dirección correcta, entré en una Bakery "Pasteleria Mexicana". Muy feliz de mi, veo a un chico moviendo bandejas de aquí para allá, y le  pregunté que qué pastel no-picante podía escoger para desayunar. En fin, primer error, el muchacho no trabajaba allí, segundo error, me recomendó uno de jamón, queso y nosequé (que por supuesto picaba), tercer error, para los mexicanos no existe el no-picante, existe el poco-picante que para mi es muy-picante. La lié un poco con la máquina del café, en fin lo típico. Que se ve que allí no es típico porque le hice tanta gracia al muchacho no-dependiente, que me pagó el desayuno.

Me quedé con las ganas de ver el Museo de Arte Mexicano, tiene mucha reputación y los domingos es gratuito, pero abría solo media hora antes de la carrera de los trucks, y aunque llegué temprano para intentar verlo, había una cola...
En fin, vimos terminar las carreras de los camiones, y ya nos fuimos a coger sitio para la final de los INDYCAR. Solo había un Español, y no es muy bueno que digamos, o ese día estab
a empanadillo el muchacho.

Vimos la final, pero no la vimos acabar, porque hubo un accidente y se iba a demorar bastante. Y sino no daba tiempo a ver el Queen Mary.

El Queen Mary es un trasatlántico (como el Titánic), de gran tamaño y bastante rápido en su época. En la Segunda Guerra Mundial se usó para trasladar tropas de un sitio a otro junto a su hermano el Queen Elisabeth. Hittler ofreció recompensa para el que lo consiguiese hundir, ya que debido a su rápidez, siempre se escapaba de los submarinos alemanes. Hoy en día es hotel, restaurante y museo.

Cogimos un AquaBus y nos plantamos en un plis plás en la otra orilla de la dársena.

Llegamos sobre las 4, y cierra a las 6 por lo tanto no hubo tiempo para autoguía, ni para guía. Habían varias exposiciones, una sobre fantasmas(que es la que yo ví), otra sobre Lady Di (no me pregunteis qué hacían las cosas de Lady Di en ese barco, porque no lo entiendo, no se que pinta ella en USA).

Lo bueno de viajar en autobus, es no tener que conducir. Y más si viajas solo y sobretodo si te gusta aprovechar hasta el último minuto como a mí.
En el camino de vuelta a casa ni abrí el E-book iba tan cansada... Un viaje muy productivo, donde conocí muchas personas que me han aportado algo.
 Y este fui mi viaje.
La verdad es que está lleno de emociones y lugares a los que ni siquiera había pensado ir antes de estar aquí.
De este viaje salen dos nuevos destinos. Uno dentro de California y otro fuera, en otro Estado.

Pero esos ya lo contaré cuando llegue su momento. ;-)



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